martes, 20 de mayo de 2014

Gatchaman Crowds (2013) Parte 2

Gatchaman Crowds (2013) Parte 2



Si los personajes no son lo mejor esperen a ver la guarida secreta. Esta hace que la baticueva del Batman interpretado por Adam West parezca un homenaje al diseño de interiores eficiente. Colores chillones, figuras sin sentido, trazos en el suelo, lámparas estrambóticas colgando del techo… más que la guarida secreta de un superhéroe  parece el hijo no deseado entre la habitación de un niño rico y el habitad de un zoológico creado por artista pop. No solo eso, no hay nada en esa guarida que nos hagan pensar que los “héroes” deberían reunirse ahí y no en cualquier otro sitio como el parque o el café de la esquina. Y es que hasta la guarida del Santo tenía al menos computadoras, algún arsenal y una cochera… esta guarida es solo una especie de cancha de baloncesto atiborrada de cosas inútiles. Eso sí, hay algún lugar donde se reúnen con el vampiro viejito que recorta papel…. Pero eso es todo. 
Gatchaman Crowds 007
 La guarida (imagen tomada de http://metanorn.net/2013/07/first-impressions-gatchaman-crowds)


En los primeros episodios de la serie pareciera que el asunto va sobre cazar alienígenas que tragan personas o algo por el estilo… pero esa trama queda atrás una vez que Hajime los vuelve amistosos. Y es otra cosa que resulta irritante. La protagonista es muy positiva en todo lo que hace. Para ella los enemigos no existen, y basta ponerse a platicar con ellos o solo saludarlos para que el problema se solucione. Lo increíble es que nunca sale lastimada. ¿Cómo eran estos alienígenas “malvados” en todo caso? Cubos de colores formados por más cubos de colores.

 Esta imagen resume la mayor parte de la serie (tomada de http://www.deviantart.com/art/Hajime-Ichinose-Gatchaman-Crowds-388014970)


Con unos contrincantes con tan poco potencial la trama se vuelca sobre cierta aplicación para celular llamaba Galax… y ya. Las armaduras dan paso a tramas tan estériles como avisar a la gente de un cargamento de leche caduca y cosas por el estilo. Con todo esto nos sirve para perfilar al villano y su plan, así como a los Crowds, monigotes virtuales que parecen tener un ojo o pantalla esférica por cabeza. También nos sirve para ver a Rui Nimomiya, un chico genio y travesti que pretende crear una utopía con la aplicación Galax y la ayuda de una inteligencia artificial llamada X.
Y aquí la cosa se pone rara. Por un lado tenemos una serie con un sentido muy filosófico de lo que es el poder de las masas y  las redes sociales, una utopía que ya había sido planteada casi desde la fundación de la cibernética: el poder de la sociedad que puede evadir a las autoridades y tomar la situación en sus manos gracias al poder de la comunicación electrónica. Pero por el otro tenemos una serie muy aburrida donde nada pasa y vemos a todas las personas enfrascadas con sus celulares en cada toma. Aun cuando entran en acción elementos muy de ciencia ficción como los Crowds o la fe ciega en la red social a niveles cuasi religiosos la cosa va al traste pues nada interesante sucede al fin y al cabo.

Más aun, los episodios toman una estructura repetitiva. Varios de ellos terminan en un instante en que pareciera que el combate acaba de comenzar, solo para que el siguiente capítulo te demuestre que no hubo tal combate.
Habrá que esperar hasta la segunda mitad de la serie para que las cosas comiencen a tener cierto tinte, pero sigue en pie la extraña trama sobre una aplicación para cambiar al mundo, esta vez usada por anarquistas.



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