martes, 3 de junio de 2014

Zapata, el sueño del Héroe (2004)

Zapata, el sueño del Héroe (2004)


Zapata - El sueño del héroe Movie Poster
 Cartel promocional (tomado de http://www.impawards.com/intl/mexico/2004/zapata_el_sueno_del_heroe.html)

Cuesta trabajo creer que una persona como Alfonso Arau, que para entonces ya había hecho “Como agua para chocolate” (1992) y “Un paseo por las nubes” (1995), se equivocara tanto. Mientras que sus pretensiones eran ganar un Oscar, para lo cual usó el presupuesto más alto para una película mexicana en aquellos tiempos y se tardó diez años en planeación, terminó haciendo un fracaso de taquilla que prácticamente no logró distribución fuera de américa latina.
Y el fracaso resultó bien merecido. No quiero meterme con los actores, Alejandro Fernández no resulta tan mala decisión si consideramos que en México prácticamente se tiene una añeja tradición de Cantantes-actores. Además poco se sabe de los modos que tenía el caudillo, por lo que era evidente que quien lo interpretara, fuera quien fuera, tendría un trabajo muy difícil. Así, más que una decisión mercantil (que sí debió influir) me inclino a pensar que lo que se intentó fue hacer un “revival” del cine “ranchero” a lo Pedro Infante… aunque, paradójicamente, Alejandro Fernández no se puso a cantar. 
En realidad el fracaso se lo lleva el mal guion y la pésima dirección. Los personajes sobran y la acción no tiene  nada que ver con lo sucedido durante la revolución mexicana. En lugar de ello Arau decidió hacer una versión “NewAgera” y “CuasiChamanica”, una versión donde Zapata tiene poco que ver con el movimiento agrario para ser entonces una suerte de mesías con poderes sobrenaturales.
Un gran defeco que he visto en las películas mexicanas históricas es el manejo de las locaciones. Lo que sucede es que los mexicanos, buscando un sentido de autenticidad supongo, buscan las locaciones originales y las usan tal cual están. Así que cuando vemos la hacienda de Chinameca en realidad estamos viendo las ruinas de la hacienda de Chinameca y no la hacienda como era en tiempos de Zapata. Lo mismo ocurrió en cintas como “La otra Conquista” donde vemos una escena en el templo mayor… lleno de excavaciones. Me pregunto, si la película tuvo tanto presupuesto como dicen ¿no era mejor hacer un set con reconstrucciones de las locaciones? En lugar de eso tenemos que ver a hacendados y militares en construcciones sin techo y con paredes carcomidas. En el caso que nos ocupa Arau uso las ruinas de la hacienda de Coahuixtla, y las usa lo mismo para el palacio de gonierno en el D.F. que para el pueblo donde vive Zapata o el restaurante Sanborns.

Zapata - El sueño del héroe Movie Poster
otro promocional, esta vez monstrando a la anciana (tomado de http://www.impawards.com/intl/mexico/2004/zapata_el_sueno_del_heroe.html)

Hay detalles buenos, como las tomas aéreas del Tepozteco y el uso del náhuatl. Pero estos caen en saco roto cuando vemos ridiculeces como las extrañas interpretaciones de la chamana y sus secuaces… que para colmo se tele transportan gritando algo así como “afiuuuuuu”. 
Resulta chocante también que en lugar de tratar de reconstruir la historia del caudillo se hizo una fábula por demás pacheca que a leguas era obvio no iba a funcionar. Por ejemplo, muchos escritores e historiadores han recogido la historia de cómo el niño Emiliano prometió a su padre devolver las tierras a su pueblo cuando lo vio llorando cuando un hacendado taló los huertos de la comunidad. En la película, en cambio, vemos a un Zapata niño que, haciéndole ojitos, “convence” al caballo de Huerta de tirarlo cuando este humillaba a Zapata padre. También nos meten con calzador una catedra de religión prehispánica que no venía al caso, cortesía de la chamana. ¡Afiuuuuuuuuuuuuuuu!
Se inventan cosas, como la “profecía de Cuauhtémoc”… y hablando de este personaje la viejecilla dice que no dijo nada respecto al oro… pero quienes hayan leído a Bernal Díaz Del Castillo sabrán que sí dijo… es más, el podre Cuauhtémoc vivió como el prisionero elegante de Hernán Cortes por varios años hasta que este se decidió a darle matarile en un viaje a Honduras.

 Zapata - El sueño del héroe Movie Poster
 Jesus Ochoa como Huerta (tomado de http://www.impawards.com/intl/mexico/2004/zapata_el_sueno_del_heroe.html)

La película carece de una secuencia lógica. No solo salta al pasado y al presente sin ningún aviso sino que se traga años enteros sin apegarse a una secuencia de eventos.
En la película los indígenas insisten en que Zapata los guie a la lucha. Aquí hay que dejar bien claro, los pueblos morelenses deseaban justicia sí, pero siempre buscaron la salida legal. Zapata, antes de ser caudillo, fue un Calpuleque, es decir el encargado del reparto y uso de la tierra comunal, misma que había sido usurpada por los hacendados. El deber de Zapata era velar por las tierras del pueblo, mantener a resguardo los documentos que daban al pueblo potestad sobre las tierras (algunos incluso tan antiguos como el comienzo de la Colonia). Otros calpuleques antes de zapata ya habían sido asesinados por pleitos legales en contra de los hacendados. Lo que quiero decir es que la gente de Anenecuilco buscaba básicamente un representante legal y no un caudillo ni un mesías ni mucho menos un tlatoani como lo plantea la película.
En la versión de Arau Zapata tiene una aventura con una española que es, ni más ni menos, la mujer de Huerta. Tal cosa nunca pasó, como tampoco se vio frente a frente con Porfirio Díaz, ni le quemaron las patas, ni fue rescatado por nudistas, ni ponía bombas en las imágenes de vírgenes; por lo que podemos ver que se tomaron demasiadas libertades con respecto a la historia. Al respecto Arau tuvo el descaro de decir “Violé la historia, pero le hice un hijo bien bonito”.
Las escenas de combate son dignas del peor de los “westerns”. Mientras los malos, los federales, caen como moscas los zapatistas solo caen si les dan a traición por la espalda y desarmados.
No quiero parecer superficial pero la escena del temascal, con la anciana chamana en cueros, no solo sobraba sino que resultó de mal gusto. La iniciación chamanica de Zapata se ve ridícula, lo mismo su boda frente a una caña de maíz y las referencias al arte de Diego Rivera parecen más una parodia que un homenaje. Sus viajes chamanicos resultan hilarantes, lo cual sería bueno si al menos esa hubiera sido la intención.
A resumidas cuentas un bodrio. A pesar de que Arau se justificó diciendo que había tratado de hacer una fábula y no una recreación histórica aun así el resultado resulta esperpéntico pues no toma nada del personaje original. El director, que también fue el guionista, trató de “modernizar” a un héroe sin tomar en cuenta que los valores que infunde la figura de Zapata son atemporales, y al final lo que logró fue un personaje imposible de tragar. Al señor Arau le dio por hacer un personaje que reivindicara lo autóctono, de hecho hay una escena en que Zapata encara a Madero (lo que sí sucedió) y le recalca la lucha tiene como propósito defender sus tradiciones (lo que no sucedió). Eso habría sido algo bueno ( a pesar de ser algo inventado) si el señor Arau al menos lo hubiera sustentado, pero en ningún momento de la película vemos que huerta o alguien más atente contra las tradiciones más allá de usurpar tierras. Es más, nunca vemos algo netamente morelense. Lo que vemos son danzantes del Zócalo haciendo Bailes y cruces que ocultan ídolos aztecas. Aquí el director cometió el doble error, muy común entre los seguidores de la “mexicanidad”, de creer que todo lo autóctono es prehispánico y todo lo prehispánico es azteca. No vemos chínelos o una danza de tecuanes, lo que vemos son rituales extraños que bien podrían ser oficiados por un Hippy. Así Arau entra de lleno al ámbito de la New Age al igual que personajes como Antonio Velasco Piña.
¿Acaso hacía falta que Zapata fuera un chamán? Creo que si nos pusiéramos a buscar sin duda encontraríamos historias que le adjudiquen algún poder sobrenatural, como también encontraríamos historias que hablarían de los poderes oscuros de los hacendados, pero tomar esas historias como eje haciendo a un lado la verdadera lucha del personaje es despojarlo de su verdadera esencia y perder el rumbo. Arau lo perdió por completo, ese “hijo muy bonito” existió solo en su imaginación, lo que el resto del mundo vio fue un adefesio asqueroso que nadie quería ver. 
Más información:
http://www.proceso.com.mx/?p=233036
http://es.wikipedia.org/wiki/Alfonso_Arau
http://es.wikipedia.org/wiki/Zapata,_el_sue%C3%B1o_del_h%C3%A9roe
Si quieren saber más del verdadero Zapata pueden leer:
Magaña, G. 2011. E. Zapata y el Agrarismo en México. Tomos I y II. Gobierno del Estado de Morelos. La jornada Morelos. México. 534 págs.
Sotelo Inclán, J. 2012 (1943-44). Raíz y Razón de Zapata. Instituto de Cultura de Morelos. México.  594 págs.

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