sábado, 17 de mayo de 2014

Brujas y procesos por brujería, de Kurt Baschwitz.

Brujas y procesos por brujería, de Kurt Baschwitz.

La caza de brujas que se llevó a cabo en Europa y Norteamérica es, a la vez, un asunto interesante y poco estudiado. ¿Por qué sucede esto? Principalmente porque la gente tiene la noción de que no hay nada más que averiguar al respecto, pero también porque es un asunto incomodo sobre lo peor que ha hecho el ser humano. Así, mientras cada año se filman nuevas películas sobre la segunda guerra mundial y el holocausto, las cazas de brujas han caído en un silencio extraño.
El libro “Brujas y procesos por Brujería” es un extenso trabajo sobre lo ocurrido en Europa y Estados Unidos. Es un libro bastante largo (501 páginas), pero leerlo ayuda a comprender y a derribar algunos mitos.
Un ejemplo. Es un dato casi de cultura popular que la caza de brujas se llevó a cabo durante la edad media; lo cierto es que las persecuciones por cargos de brujería comenzaron ya entradon el renacimiento. Antes de eso la iglesia, reinos y nobles habían estado ocupados con las cruzadas, primero contra las vertientes “heréticas” de la cristiandad y luego contra los musulmanes por el dominio de tierra santa. No fue hasta que la iglesia católica logró la hegemonía que comenzó a contemplarse la presencia de “agentes” de Satanás entre los creyentes. Esto se agravó con el surgimiento de las sectas protestantes y otros sectores apostatas.
Otros muchos datos interesantes desfilan por las letras de este libro. La lucha de unos pocos abogados a favor de las victimas acusadas de brujería, el papel de los procesos por brujería en la disputa del trono de Inglaterra, el uso de basculas “oficiales” para obtener el certificado de peso (útil si querías demostrar que no podías volar o flotar en el agua como se supone hacían las brujas), el uso de magos para detectar brujas, el testimonio infumable de los niños llamados a testificar, entre otras excentricidades.
A primera vista podría parecernos un libro triste que exhibe lo peor de la humanidad, pero entre tanta oscuridad hay luces. Está, por ejemplo, el caso del doctor Wiero, quien se hizo famoso al ganar un caso a favor de la acusada y que dedicó su vida a combatir la superstición asesina tanto con fundamentos legales como religiosos y lógicos. También hay que tomar en cuenta el dato, registrado por los mismos inquisidores, de que al menos la mitad de los acusados lograba fugarse en algún momento del proceso. Es decir que la acusación de brujería no era sinónimo de muerte (como muchos creemos hoy día).
Pero ¿Por qué sucedió todo esto? al leer el libro nos damos cuenta de dos cosas. La primera la corrupción de las autoridades, que usaron la caza de brujas como forma para enriquecerse por medio del confisco de bienes de los acusados. Y la segunda, la falta de escrúpulos por parte de las universidades (que ya las había) de derecho al tomar como válida, y recomendar como tal, las confesiones obtenidas mediante tortura. Estos dos fenómenos, aunados a la ignorancia del común de la población asustada ante el panorama de inseguridad política que mostraba la epoca, desarrollaron un polvorín que acabó con miles de vidas a través de toda Europa.
El libro nos lleva desde la aprobación de las bulas papales que daban plenos poderes a los inquisidores para desenmascarar a las brujas y aniquilarlas, hasta los últimos juicios en Alemania a finales del siglo XVIII. El autor nos lleva en un viaje en el tiempo y espacio para ver las causas y consecuencias de una combinación de superstición y mezquindad. Inglaterra, Francia, los Países Bajos, Alemania, Suiza, incluso las colonias que darían paso a Estados Unidos desfilan por las páginas de este libro mostrándonos las más severas excentricidades en cuanto a procesos brujeriles. 
Solo por dar un ejemplo veamos lo que sucedió en Salem.
Acaecida a finales del siglo XVII y principios del XVIII la de Salem fue prácticamente la última flama de la cacería de brujas. Todo comenzó cuando unas jovencitas comenzaron a comportarse de forma extraña, como posesas, y en sus delirios comenzaron a señalar culpables de su estado. Se entablaron juicios y las personas comenzaron a ir a la horca. El teatro comenzó a venirse abajo cuando estas poseídas, convertidas en detectoras de brujas estrella, trataron de llevar sus habilidades a los pueblos vecinos. Nadie les hizo demasiado caso. Las supersticiones que habían cegado vidas en Salem y otros pequeños pueblos no hallaban eco en el resto del país, afortunadamente.  Para colmo los procesos, y el delirio y enemistades producidos por estos, habían causado un caos tal en la comunidad que los campos estaban prácticamente abandonados. Las familias de las víctimas no veían con buenos ojos a las acusadoras y sus familias (muchas de ellas gente importante en la comunidad, por lo que no era raro que acusadoras, jueces y jurados estuvieran emparentados). El gobernador de Boston, Gillermo Phips, ordenó tajantemente detener los procesos en Salem. Los eclesiásticos de Nueva York dieron el golpe final al delirio al declarar que nada de lo que saliera de los labios de un poseso puede ser tomado por cierto al provenir de un demonio, espíritu mentiroso por naturaleza. Es decir que las acusaciones hechas en Salem habían provenido del mismo diablo. Las acusadoras y sus familiares se vieron en una situación difícil, algunas pidieron perdón públicamente y otras tuvieron que abandonar el pueblo para no sufrir el acoso de los familiares de quienes habían llevado a la horca. Fue la única caza de brujas donde los responsables aceptaron su responsabilidad.
En definitiva un libro que recomiendo mucho para entender los contrastes y la complejidad de un fenómeno lleno de paradojas que  llevó a la muerte a gran cantidad de mujeres.



Baschwitz, Kurt. 1968. Brujas y procesos por Brujería. Caralt. España. 501 págs.

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