Lucy (2014)
Cartén de la película (tomado de http://en.wikipedia.org/wiki/Lucy_%282014_film%29#mediaviewer/File:Lucy_%282014_film%29_poster.jpg)
No sé por dónde comenzar. Desde el planteamiento de que el ser humano sólo
usa el 10 por ciento de su cerebro falla en su intento de ser una historia de
ciencia ficción. Vamos, que es un mito sin fundamento pero demasiado arraigado
en la cultura popular, y que desde hace muchos años ha servido para darle
combustible a las fantasías New Age. Lo peor es que esta cinta francesa tiene
una influencia tan marcada de la cinta “Trasecendence” (2014) que casi suena a
plagio… tanto así que tiene en su reparto a nada menos que Morgan Freeman.
El uso de drogar como argumento para el uso del 100 % de la capacidad
cerebral apenas resulta convincente, lo que no nos explican es por qué un grupo
de narcotraficantes estarían produciendo una droga con esa capacidad o como es que
zambarce la droga no lo mata a uno inmediatamente como le pasa a las “mulas” en
la vida real.
La cinta peca de ser fantasiosa, llegando a niveles fanfarrones e
incoherentes. Entiendo que una mayor capacidad mental haga que alguien mire las
cosas de otras formas, pero en la cinta se comete el recurrente error de
equiparar la inteligencia con la falta de sentimientos. La protagonista pasa de
ser una mulita a ser un robot sin emociones que no duda en darle de tiros a los
transeúntes que se le cruzan en el camino… pero que curiosamente no mata a
quienes lo persiguen.
No contentos con no explicarnos por qué la protagonista no murió cuando el
paquete de droga se le rompe en el estómago nos quieren vender la idea de que
necesita más droga para seguir viva. Ello, y que al parecer sus células, cada
una de ellas, se vuelven inteligentes también nos arranca una sonrisa de
incredulidad y nos hace querer cambiar de canal para recodar tristemente que
estamos en una sala de cine y que pagamos demasiado por estar ahí.
Las fantasias de la nueva era no se quedan quietas y la protagonista
empieza a usar poderes telepáticos, cambiar de forma y hasta conectarse con la
internet… lo que nos hace preguntarnos ¿Qué rayos pasa? Entendemos que la droga
la haga más inteligente, pero no por ello las leyes físicas dejan de tener
validez. Lo peor es que en la cinta asumen que el conocimiento es algo ya
preexistente (corriente seguida por no pocos legionarios de la nueva era). Es
decir que mientras más inteligente se vuelve “espontáneamente” sabe hacer cosas
que nunca había hecho antes. No es que las aprenda, es que de pronto sabe
hacerlo como si su inteligencia fueran archivos que se van descargando. Quizás
ese el mayor problema. Si bien vivimos en la era de la internet no podemos simplemente
asumir que en alguna parte del universo hay un archivo con todo el conocimiento
del mundo y que podemos descargarlo si lo deseamos “con muchas ganas”, pero tal
es la lección de esta cinta, donde alcanzar el uso del 100 % de la capacidad
mental equivale a conocer espontáneamente las verdades del universo sin
siquiera esforzarse por pensar.
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