El descenso, de Jeff Long

Tomada de http://librovicios.blogspot.mx/2013/10/el-descenso-jeff-long.html
Muchas personas en línea recomiendan este libro como a una verdadera joya
del terror, así que lo leí. Debo admitir que desde las primeras hojas la historia
te captura. La situación de tres personajes separados que se encuentran sin
querer con lo desconocido son el gancho perfecto de esta novela. Lamentablemente
a partir de ahí comienzan los altibajos que nos hacen añorar aquellas primeras páginas
que nos cautivaron y preguntarnos ¿por qué el resto del libro no es así?
Las historias de Ali, Iker y Branch tardan en conectarse… el tercero queda
casi fuera de la trama a pesar de haber empezado de una forma muy interesante.
El tema central es el hallazgo de un mundo subterráneo, un inframundo
habitado por seres vagamente humanos pero que recuerdan más a los demonios de
historias góticas. Estos seres han estado en las profundidades por milenios,
mostrando su presencia solo de vez en cuando, lo suficiente para que los
humanos crearan su propia idea del infierno a partir de esos encuentros nada
placenteros. Esta idea, sumamente
atrayente no lo negaré, sirve como frágil sustento para una historia sumamente
larga. No es por nada, pero en la mayor parte del libro estos seres o brillan
por su ausencia o se muestran en franco retroceso.
La novela saca a relucir un profundo conocimiento en cuanto a Espeleología,
y de hecho la gran mayoría del libro resulta sumamente realista. Tanto así que
los “monstruos” de la trama no tardan en mostrar sus flaquezas, pasando de los
seres que inspiraron demonios en la edad media a una especie en extinción. Eso está
bien, la realidad no es blanca o negra y Jeff Long nos lo muestra en esta historia
donde a ratos los humanos pintan como “los malos” al invadir el mundo abisal
dispuestos a explotar su riqueza a costa del genocidio cual verdaderos
conquistadores, pero sin llegar a mostrar a los nativos como “los buenos
salvajes”. Sin embargo esto se vuelve un defecto cuando la historia insiste en
equiparar a los Abisales con los demonios arquetípicos. Más aun, en la trama
entra una camarilla de eruditos dispuestos a buscar “el Satán histórico”.
No me preocupa que los autores traten de dar profundidad a sus historias
con hechos reales, con datos históricos o con información científica… siempre y
cuando sepan dar en el clavo. Jeff Long no lo logra. Su destreza al describir
los paisajes del mundo subterráneo choca con su incapacidad de hilar acontecimientos históricos que apuntalen la
trama. La pesquisa del “Proyecto Beowulf” en busca del “Satán Histórico” no tiene
ninguna metodología; son puro palo de ciego para incluir datos sobre temas tan
dispares como la Sabana Santa o la transmigración de las almas, temas que
deberían dar apoyo al argumento pero que difícilmente encajan con algo y cuando
no son material de anecdotario quedan solo
como vías de escape para “deus ex machina” del argumento.
Los datos “científicos” que se van escupiendo sobre Satán y los Abisales no
son sustentados con nada, son ideas en el aire que no logran ser aterrizadas
pero ello no evita que el autor las use. Al final de cuentas los eruditos (que
no son pocos) no muestran nunca alguna habilidad útil, son meros testigos que
lanzan hipótesis a diestra y siniestra.
El final se siente flojo. Pasan muchas cosas en tan poco tiempo que
pareciera que al autor se le acababa el tiempo de entrega, lo cual resulta paradójico
si consideramos que es un libro bastante largo que a ratos parece encontrarse
en punto muerto. Algunos personajes que al principio creíamos importantes y que
a mitad del libro parecían haber desaparecido de la trama hacen una entrada en
las últimas páginas para salvar la situación y atar cabos. Por si ello fuera
poco el libro incluye un “Cliffhanging”, uno de esos finales inconclusos que dejan la puerta abierta a una
segunda parte.
A grandes rasgos una buena historia que terminó por contarse mal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario