viernes, 22 de agosto de 2014

La Huésped (2013)



La Huésped (2013)

 Cartel de La Huesped (The Host)

 Cartel de la cinta (tomado de http://www.cinemastric.com/gente/stephenie-meyer-la-autora-de-la-saga-crepusculo-presentara-la-huesped-en-madrid/attachment/the-host-la-huesped-9788483654842/)


Vi el libro por primera vez en la ciudad de Xalapa, al leer la contraportada me interesó mucho, pero cuando vi quien era la autora evité comprarlo. Años después vi los anuncios de la película en la ciudad de México, pero como sabía lo desastrosa que había resultado la anterior saga de Stephanie Meyer evité verla. Si, el principal problema de la cinta no es su trama, o los actores, o la dirección… es la autora. Y es que desde el momento en que sabes que la cinta está basada en una novela de la creadora de la saga “Crepusculo” el instinto de conservación te disuade de ir a los cines por algún tiempo.
Pero la cosa es que tarde o temprano alguien que conoces termina viéndola y recomendándola. En mi caso ya tenía bastante tiempo de que la cinta había pasado por los cines así que mi sentido de conservación estaba con la guardia baja. Tomé el DVD que me prestaron y me dispuse a verla.
¿Qué fue lo que pasó? No sé cómo decirlo. Conociendo las pifias y bodrios vampíricos que la autora ha producido con su pluma resulta buena, comparándola con otras cintas de una trama parecida es regular tirando a mala.
La película nos muestra una tierra donde los problemas actuales son cosa del pasado. No hay sobrepoblación, guerras o contaminación… la mala noticia es que este hito no ha sido responsabilidad de la humanidad sino de unos curiosos invasores parecidos a un gusano de felpa de fibra luminosa (no sé si así estén descritos en el libro, pero si es así la señora Meyer tiene una fijación con el “blink”).
Sí, la humanidad ha caído a manos de una raza extraterrestre superior que logra vivir sin necesidad de un cuerpo físico y que se mueve por el espacio en teleras metálicas.  Aquí vemos el primer punto flaco de la trama. Cuando empieza la película la invasión ya sucedió y solo quedan pequeños grupos de resistencia, sin embargo estos alienígenas usurpa cuerpos se caracterizan por una candidez extrema y un sentido pacifista extraño y poco práctico ¿Cómo se supone que conquistaron la tierra? Los vemos empuñar armas… pero es más fácil verlos correr tras sus “victimas” con la versión alien de un sedante en aerosol ¿Se supone que conquistaron la tierra habitante por habitante? ¿Cómo funciona eso?
De alguna forma la trama se las arregla para que ignoremos esos detalles obvios, y es que todo el barullo gira en cuanto emociones y confusión. Cuando la protagonista, Melanie, es acorralada por “buscadores” decide quitarse la vida. Para su mala suerte sobrevive y es atrapada. Los invasores le implantan un “alma” (el susodicho gusanillo). Entonces comienza una lucha interna entre dos contendientes por hacerse con la mente, el  cuerpo y los recuerdos de Melanie. Por un lado la humana, la propietaria original que trata de mantener a sus seres queridos a salvo. Por el otro Wanderer, el alma viajera, un ser que ha vivido varias vidas en diferentes seres a lo largo del universo.
Debo decir que en este punto la situación es bastante interesante y nos plantea un dilema moral nada superfluo. Sabemos que el ser humano no ha hecho las cosas bien ¿Sería justo que otra especie tomara la batuta? Otras cintas como “El día que la tierra se detuvo” (1951 y 2008) nos plantean esa misma cuestión. También está el asunto de la “posesión”, ya lo habíamos visto desde la guerra fría con cintas como “Los invasores de cuerpos” (1956 y 1978) o cintas de horror más reciente como “Slither” (2006). Lo que no había visto era que usaran un tema así para una cinta romántica. Meyer destrozó a los vampiros con Crepusculo y su saga ¿ahora va por los aliens? Eso parece.
Lo curioso es que, en el caso concreto del personaje Mel, la “posesión” no se da al cien por ciento y la personalidad original sigue manteniendo un poco de control. Esto, en realidad, pinta para una comedia. Es aquí también cuando sale a relucir toda la candidez de los alienígenas, seres que no se mienten y están siempre dispuestos a ayudar… lo cual sería una maravilla si no fuera porque se supone que conquistaron la tierra. Así Mel y Wanderer se convierten en la “pareja dispareja”, una humana fuerte, un tanto violenta y aguerrida; y una alienígena ingenua y frágil.
Después de algunas peripecias la pareja (en un solo cuerpo) logra llegar al desierto donde son rescatadas por el tío de Mel… lamentablemente algo que caracteriza a los invasores es el brillo de los ojos (mismo que nunca se explica por qué está ahí), por lo que todos se dan cuenta de que Mel ha sido “poseída” por un alienígena. Con todo el tío se la lleva a la cueva que sirve de guarida a la resistencia.
Es esta parte de la cinta la que se pone más interesante. Por un lado tenemos a los invasores buscando a su oveja descarriada, la que no supo dominar a su hospedero y se ha puesto al servicio de este; y por el otro tenemos la difícil situación de Wanderer/Mel en la guarida de la resistencia.
Los humanos tratan un par de veces de asesinar a su prisionera, lo cual no logran gracias a la rápida intervención del tío. El dilema en la guarida es evidente ¿hay algo de Mel todavía? ¿Pueden rescatarla? ¿Es una trampa de los invasores? De alguna forma la cinta se las arregla para hacernos sentir esa tensión. Por otro lado, una vez que las primeras reacciones de pánico pasan y el tío empieza a introducirla al ambiente de la cueva (una vez que está seguro de que su sobrina sigue dentro de Wanderer/Mel, y que la alien no representa un riesgo). Entonces la extraterrestre comienza a ver una faceta de la humanidad que sus congéneres no habían visto. La especie inferior e irracional que parecía ser el ser humano se revela como algo maravillosamente complejo y lleno de matices.
Pero no podían faltar las relaciones enfermizas, así que la alien empieza a enamorarse de uno de los chicos que intentaron matarla, todo ello mientras Mel lucha por mantenerse fiel a su novio Jared (y mantener su cuerpo intacto a pesar de los avances de Wanderer con su “novio”). Pero de alguna forma se las arreglan para que la situación funcione… más o menos. La relación de Wanda (nombre que comenzaron a usar para abreviar Wanderer) con Ian se justifica como una extraña consecuencias del temor que lleva a la curiosidad y a la aproximación. El triángulo amoroso también tiene apoyo gracias a la situación de las dos mentes en un solo cuerpo. Lamentablemente la situación se toma demasiado tiempo de la trama y hace la cinta innecesariamente larga, llegando a ser cansada. Así, mientras cosas como la muerte de varios recolectores de los humanos en resistencia, la enfermedad del hermano menor y el desquiciamiento de la invasora que persigue a Wanderer van ocurriendo nos sigue quedando la sensación de que hemos llegado a un punto muerto.
Finalmente Wanda se da cuenta que los humanos con los que ha vivido han estado secuestrando invasores para sacarles el gusiluz de la nuca, lo que inevitablemente causa la muerte tanto del hospedero humano como del “alma” extraterrestre. Estamos, quizás, ante el verdadero climax de la película. La alienígena, que para ese momento se ha encariñado con sus captores humanos, ama a uno de ellos y es correspondida se da cuenta que para los habitantes nativos del planeta es un parasito que tratan de exterminar, un vil gusano de nuca que sacan y aplastan. Por suerte la enfermedad del hermano menor de Mel aparece para volver a formar el vínculo entre la comunidad y entre las ocupantes del cuerpo.
Wanda entonces comparte (finalmente) su conocimiento con los humanos. No solo en lo que respecta a la medicina alienígena, también en la forma en que deben sacar los gusiluz de nuca (al parecer tratar de extraerlos quirúrgicamente es inútil si no cuentan con el consentimiento del gusanillo).
Entonces Wanda decide devolver a Mel su vida saliendo de su cuerpo, pues los seres como ella deben ser encapsulados y enviados a otros planetas donde puedan tomar posesión de un cuerpo. Por un lado, ya no se siente capaz de usurpar un cuerpo pues ha aprendido sobre la complejidad de las mentes humanas a las que su especie ha usurpado; por el otro, ya no se siente capaz de habitar en otro cuerpo pues si viaja por el universo como su especie suele hacerlo para cuando vuelva a tener un cuerpo todos los humanos que amó habrán muerto. Por ello Wanda decide morir.
Ese habría sido un final bastante dramático que hubiera dado más categoría a la cinta y al libro, pero alguien decidió que debía haber un final feliz que dejara la puerta abierta a una o más secuelas. Es así como, después de todo, los humanos deciden meter a Wanda en un cuerpo que no reaccionó de buena manera a la salida de su “alma” huésped. Lo que deja libre a la alien para tener su romance sin mancillar el cuerpo de Mel. Y la cereza del pastel. Al final los rebeldes se dan cuenta de que hay otros grupos humanos en resistencia que también tienen sus propios aliens colaboracionistas.
A resumidas cuentas podemos pensar en esta cinta como “Los invasores de cuerpos conocen a Pocahontas”. La trama tiene huecos y puntos absurdos. Paradójicamente la situación sentimental en todo el asunto salva la cinta en lugar de hundirla como ha sucedido en las otras obras de Meyer. No es del todo buena, pero tampoco podemos decir que es mala; de hecho es una película que cumple dentro de lo que promete y sin duda supera lo que se espera de ella.  De los numerosos experimentos que hemos visto de “pocahontizar” a los aliens (Avatar, 2009; Sector 9, 2009) me atrevo a decir que este es uno de los más logrados. Ninguno de los dos bandos pinta para ser “los buenos”. Los aliens son sumamente pacifistas, pero el daño que hacen a las personas al robar sus cuerpos y recuerdos es difícil de ignorar. Los humanos no son blancas ovejas y muestran numerosas veces un comportamiento irracional y violento, llegando al suicidio para no ser capturados (por personajes que en realidad no matan una mosca) a pesar de saber que hay quienes cuentan con su regreso. El que al final tanto Wanderer como Mel aprendan no solo a hacer a un lado sus diferencias sino a apreciarlas hace de esta cinta un éxito en cuanto a mensaje se refiere. El final, decepcionante a mi gusto, sirve para mostrarnos que esa situación se repite y extiende, provocando un cambio lento pero seguro en esa relación entre los invasores y conquistados. Y es que de eso se trata la Ciencia Ficción, de cambio.
 

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