viernes, 12 de septiembre de 2014

Pendejadas celebres en la historia de México, de Antonio Garci.


Pendejadas celebres en la historia de México, de Antonio Garci. 


De entre los muchos libros de historia que vieron la luz en el “Bicentenario” el escrito por Antonio Garci destaca por mostrarnos una cosa: la faceta absurda de lo que llamamos la historia nacional.
Por las páginas escritas por un autor conocido por libros como “por qué las mujeres aman a los pendejos” o “Etiqueta para pendejos” desfilan los hechos más garrafales que uno pudiera imaginar y que han sido pasados por alto no tanto como una táctica fascista como por el temor al ridículo.
El mexicano es adicto a la historia, busca vanagloriarse de victorias pasadas y justificar su fracaso en sombras pretéritas, pero también están esos detalles de los que solo se puede uno preguntar “¡¿Cómo rayos?!”
Detalles oscuros que revelan tanto una historia amañada políticamente como un descalabro involuntario como lo pueden ser los falsos restos de Cuahutemoc, supuestamente hallados en Ixcateopan, Guerrero, y que a pesar de haber sido ya desmentidos siguen atrayendo peregrinos. O el hecho de que quienes empezaron la independencia de México lo hicieron con la idea de reivindicar el dominio español frente a los conquistadores franceses que habían depuesto al rey Fernando VII. U otros detalles como la rivalidad entre vírgenes (los iconos religiosos, no las mozas castas) durante la independencia (por uno y otro bando). La extraña “desaparición” de la isla Bermeja.  También desfilan una serie de personajes extraños en el capítulo titulado “Reliquias nacionales”. La pierna de Santa Anna, la mano de Obregón o las tripas de Maximiliano. También está la historia de la efímera republica de Yucatán… y la de Tabasco.
Pero también hay curiosidades más recientes. Tal es el caso del Sindicato Revolucionario de Inquilinos, agrupación creada en Veracruz en los años 20’s del pasado siglo y que defendía el derecho de huelga... a pagar renta. O el periplo de una obra de Diego Rivera provocado por una frase atea.
Son demasiadas historias para contarlas aquí, y Garci lo hace de una forma sumamente divertida e irreverente. Definitivamente un libro para iniciarse en la búsqueda de esos detalles que los libros de texto de historia no cuentan… o simplemente para reírse un rato. 

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