domingo, 21 de diciembre de 2014

¿Por qué no vi “Dramatical Murder” (2014)?



¿Por qué no vi “Dramatical Murder” (2014)?

 

  Fan art por Miyukiko (http://www.deviantart.com/art/DRAMAtical-Murder-421613537)

Antes que nada debo dejar claro una cosa. De esta serie sólo vi un par de episodios y en ellos baso el presente post. Debo aclarar también que esta serie está basada en un videojuego tipo “Visual novel” de corte Yaoi que no se comercializa por estos lares (creo, tampoco me he puesto a buscarlo).
Alguien me mencionó esta serie y, como no tenía nada que hacer en esos momentos, me pareció fácil comenzar a verla. Por un momento pensé que estaría viendo una nueva versión de pokemón o digimón, pero pronto esa idea quedó en el pasado… y francamente sufrí una decepción. No es que sea un fan de los monstruos de bolcillo, pero hasta eso me hubiera resultado más interesante que lo que vi en pantalla.
Es la historia de Aoba Seragaki, un muchacho de pelo azul que vive con su abuela y trabaja en una tienda llamada Junk Shop Mediocrity, literalmente Tienda de Basura Mediocridad. Este chico trata de llevar una vida normal, apartada del ambiente de peleas callejeras que reina en el pequeño poblado a la sombra de la “Platinum Jail”, una suerte de Centro de entretenimiento masivo para los más adinerados.
A este tipo lo asiste una agenda electrónica con forma de perro mascota llamado Ren. Esto es, quizás, lo más interesante de toda la serie: la existencia de inteligencia artificial en forma de compañeros animales.
A Aoba le llueven ofertas para unirse a las principales bandas callejeras de la ciudad, quienes viven en una pelea permanente por territorios en un juego que han llamado “Ribstiez”. Este juego, sin embargo, está perdiendo terreno frente a una versión electrónica llamada “Rhyme”.
Peleas callejeras, barrios bajos, ciencia ficción… hasta el momento todo suena muy bien, pero pronto empiezan a aparecer los problemas.
Basta ver el primer episodio para darse cuenta de algo… no hay personajes femeninos. Si, está la abuela Tae, una niña que viene con la partida de mocosos que suele meterse a la “tienda de Basura” y una mujer gorda que parece tirarle la onda a Aoba, pero estos personajes solo muestran una visión desagradable del género femenino. No es para menos, el Anime está basado en un juego de corte Yaoi (gay).
Pero la carencia de personajes femeninos y las preferencias homosexuales son el menor problema, el problema es cuando la historia no tiene fuerza alguna ni logra mantener nuestro interés. Por ejemplo, “Entrevista con el Vampiro” (1994) es una historia sumamente gay, pero su uso de la violencia, su sentido emocional y la complejidad de los personajes la hacen una historia bastante buena. Eso no pasa en esta serie, de la cual nos bastan un par de episodios para sentir que llegamos a un punto muerto.
En los pocos episodios que tan solo ocurrió un duelo de “Rhyme” que, para colmo, quedó inconcluso. En cambio tuve que chutarme un desfile de personajes mal diseñados en el sentido de que se esmeraron demasiado con su apariencia pero no invirtieron casi nada en sus historias. Vemos un estilista que lleva katana y kimono cual samurai en fin de semana, un chico tatuado que - ¡oh sorpresa! – tiene un local de tatuajes, un par de gemelos rubios, un hacker con toda clase de adornos encima y un tipo albino con mascara de gas, paraguas y bufanda. Estos chicos, hipotéticamente, pertenecen a bandas distintas, pero entre ellos se comportan de forma bastante cordial. Solo una vez estuvieron a punto de darse de cates y la razón era precisamente Aoba, pero bastó un regaño de la abuela para que todos se comportaran y se sentaran a la mesa como chicos buenos.
E ahí el principal problema de la serie. Sé que el Yaoi no destaca por su violencia, pero en una historia con peleas callejeras de trasfondo y un título como “asesinato Dramático” debería haber algo de drama… y homicidios ¿No? peor aún. Las peleas callejeras son solo un trasfondo inútil pues no hay nada que nos permita pensar que los participantes están ganando algo más que el mero entretenimiento de darse de cates unos con otros. De hecho, considerando la cantidad de adornos que los personajes llevan encima y que pueden pagar unas mascotas electrónicas con inteligencia artificial, llegamos a la conclusión de que económicamente no les va nada mal ¿entonces donde está toda la miseria y abandono que, se supone, provoca la sombra de la opulenta “Platinum Jail”? lo que en realidad vemos son legiones de “gente bien” que no sabe qué hacer con su tiempo libre, incluso los que trabajan parecen hacerlo por mero aburrimiento.
A grandes rasgos es el gran problema de este anime. Vemos debilidad en la historia,  el desarrollo de personajes y la acción. Lo que sucede es que este anime forma parte de una tendencia que se está volviendo demasiado común a mi parecer: los productos multi medios. Antes un juego podía ser convertido a comic o a serie animada y para ello se desarrollaban historias para cada uno. El principal problema de estos productos era la falta de continuidad entre los tres, la historia seguida por el comic no era la misma seguida por el juego o juegos subsecuentes y esta tampoco era la misma que la de la serie animada. Hoy en día, en cambio, la tendencia es que la serie animada o el comic son solo continuación del producto original; es decir que ni la serie ni el comic ahonda en muchos aspectos porque estos ya fueron mostrados en el juego. Esta táctica, si bien evita las faltas de continuidad entre los productos, tienen el defecto de que no es útil para ganar nuevos adeptos.
Así las cosas. A mí, que ni conozco el juego ni lo pienso buscar, me quedó el gusto de que se trataba de una serie mal hecha y llena de omisiones. No soy fan del yaoi, y probablemente  de haber sabido que la serie era un subproducto de esta clase ni me hubiera planteado verla; aun así creo que se puede hacer una buena serie yaoi que no te dé la sensación de haberse estancado a los pocos capítulos de haber empezado.

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