domingo, 18 de enero de 2015

Ser o no ser Charlie Hebdo.



Ser o no ser Charlie Hebdo. 



Hasta hace unos meses muchos de nosotros no tenía idea de la existencia de ese periódico satírico izquierdista francés llamado Charlie Hebdo, pero a raíz de los ataques terroristas del pasado 7 de enero el tabloide ha saltado a la fama mundial. Occidente veía con incredulidad y tristeza como el fundamentalismo islámico arremetía contra la faceta divertida de la libertad de expresión. En occidente, y sobre todo en países como México, el periodismo es una profesión de alto riesgo, pero se deja en paz a los caricaturistas para que sean la válvula de escape de la frustración ciudadana. Si bien a veces se les amenaza el arremeter violentamente contra ellos era considerado algo que se había dejado atrás. Entonces llegó el atentado contra Charlie Hebdo. 
 
 arte por Ray-one (http://www.deviantart.com/art/Je-suis-Charlie-505483230)

Casi de inmediato se alzaron voces en todo el mundo clamando solidaridad contra el diario francés. En las redes sociales se popularizó la etiqueta “Je suis Charlie” (Yo soy Charlie) como un grito de guerra contra la “barbarie” y la “censura”. Pero las cosas no son tan simples y poco después apareció la etiqueta “je ne suis pas Charlie” (yo no soy Charlie) que ponía en evidencia la actitud racista, colonial y xenófoba que había tomado el periódico satírico así como la falta de interés en otros asuntos igual de serios en los medios. El lema de “no soy Charlie” exponía el sistema de injusticia en los medios, donde doce empleados de un periódico de caricaturas habían ganado la relevancia que cientos de miles de víctimas de distintos conflictos en todo el mundo no habían logrado. También ponía en evidencia el aparente ocultamiento o falta de interés de algunos detalles como la fe musulmana de algunas de las víctimas. Pero sin duda lo más relevante del “yo no soy Charlie” fue que ponía en evidencia que el periódico francés había estado jugando con fuego desde mucho antes, no solo por publicar caricaturas de Mahoma, sino por hacer mofa de la fe musulmana en general y chistes crueles sobre tragedias.
Y es aquí donde uno debe preguntarse ¿ser o no ser Charlie?
 Je ne suis pas Charlie: “Yo no soy Charlie”
 Imagen tomada de la pagina http://www.las2orillas.co/je-ne-suis-pas-charlie-yo-soy-charlie/

Debemos ser muy cuidadosos al tratar culturas ajenas. En occidente la fe musulmana parece ser sinónimo de guerra, subyugación, terrorismo, mutilación femenina, machismo y fanatismo… pero es una noción sesgada. No todos los musulmanes son terroristas ni todos los terroristas son musulmanes. Medio oriente tiene una forma de pensamiento distinta a la nuestra. Debemos ser conscientes que para ellos la rectitud moral es algo más liberador que cualquier cosa que en occidente consideremos libertad.
A su vez pocos de ellos logran entender que para nosotros su versión de perfección moral mediante la sumisión nos resulta arcaica, falta de sentido y cruel. Grupos como ISIS y Al Qaeda representan una facción radical que ha atacado occidente pero que la mayor parte del tiempo ataca a ciudadanos musulmanes. La fe islámica no es una sola cosa, como a veces nos parece, sino que se divide en varias corrientes de las cuales dos son las principales: Chiitas y Sunitas. Grupos radicales se disputan así el control de masas, pero no representan el grueso de la población musulmana… de hecho muchos de ellos ni siquiera son de la región.
En el caso de los atentados contra Charlie los terroristas fueron unos hermanos franceses de origen argelino. Si bien Al Qaeda terminó por atribuirse los atentados estos no fueron perpetrados por iraníes, iraquíes, afganos o palestinos, principales grupos en la zona conflictiva de medio oriente. De hecho en las filas de ISIS, el nuevo bloque terrorista de la región, militan ucranianos, británicos y demás gente de Europa… ¿Qué está pasando entonces?
Por años los musulmanes han sido ciudadanos de segunda categoría en muchos países de Europa. No hay que olvidar la persecución que recibieron durante la guerra de Bosnia, genocidio tan cercano como 1995.
Entonces hay que preguntarnos ¿Charlie echó leña al fuego? Me atrevo a decir que sí. No quiero culpar a la víctima. Lo que sucedió en Francia es reprobable, pero debemos tener una visión amplia del asunto si en verdad queremos llegar a alguna parte. En México tenemos una larga historia de caricatura satírica. Publicaciones como “El chamuco” o la amplia obra del monero “RIUS” dan cuenta de ello. Sin embargo debemos darnos cuenta que estas publicaciones no solo pretenden hacer chistes, también tratan de dar información al lector sobre política y otros asuntos de tal forma que no resulte aburrida. Tratan de dar malas noticias de una forma que resulte divertida. ¿Hacía Charlie eso antes de ser atacado? supongo que si... pero también se ganó enemigos.
El lema “yo soy Charlie” enarbola la bandera de la libre expresión… pero lo cierto es que esta tiene poca importancia si no se tiene algo importante que decir. No me mal interpreten, la libertad de expresión es muy importante, nos permite pedir justicia, reclamar lo que está mal y pedir lo que está bien… pero a veces esta misma libertad se usa con fines hirientes y nada constructivos.
Recordemos los meses pasados cuando la desaparición de los 43 normalistas en Ayotzinapa, Guerrero, todavía ocupaba los encabezados. A pesar de que la gran mayoría de los mexicanos se unieron a la indignación y pesar de los padres que buscaban a sus hijos, normalistas secuestrados y ejecutados – aparentemente - por policías municipales de Iguala en complicidad con el alcalde de dicho municipio y un cartel criminal local, también hubo gritos que clamaban por el cese del escándalo. Se hicieron famosas las publicaciones de diversos  políticos una vez que las protestas comenzaron a tener tintes anarquistas.  Frases como “Luego por qué los queman… Nacos”, “aclamo el regreso de alguien como Díaz Ordaz” o “mátenlos para que no se reproduzcan” circularon por las redes, provocando el aumento de la violencia en las protestas y el ataque a las instalaciones del PRI en Guerrero (los atores de dichas frases eran jóvenes de filiación priista).
Pero la comedia no se queda atrás. Hace algunos años se hizo tristemente famoso el comediante “Platanito” al tratar de usar la tragedia de la guardería ABC en una rutina cómica.
Ante todo esto me pregunto. ¿Alguien habría atacado a “El Chamuco” si hubiera hecho una mofa al tono de las palabras de los jóvenes priistas o de Platanito? ¿Qué hubiera pasado si en lugar de apoyar a los ciudadanos y delatar culpas, las caricaturas mexicanas se hubieran dedicado a ridiculizar a los padres de familia de los niños quemados en la guardería ABC o a los de los Normalistas de Ayotzinapa que solo clamaban justicia para sus hijos? Para algunos eso fue precisamente el error de Charlie Hebdo. Una famosa caricatura del semanario francés muestra a un musulmán baleado mientras sostiene un Corán que, a su vez, es atravesado por las balas. La frase dicta “el Corán es una mierda, no detiene las balas”. Para muchos, occidentales incluso, la caricatura se pasó de la raya. Es solo un ejemplo de muchos.  
 http://3.bp.blogspot.com/-fhepPX0ZVME/VK3FnKGZfjI/AAAAAAAAD3c/huxkti2EjCk/s1600/Charlie%2B%C3%A9gypte.jpg
 Imagen tomada de la pagina http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article79645

No justifico lo que sucedió al periódico francés. Amo la libertad de expresión, pero también amo cuando es usada para cosas útiles. El apoyo a Charlie es un apoyo a la libertad de expresión, pero también a nuestra libertad de no tomar en serio las cosas. En esta parte del mundo nos hemos inculcado el derecho a no respetar ningún poder, a reírnos de la política, la economía y la religión, porque tomarnos demasiado enserio alguno de estos rubros es colocarnos una cadena.
Pero quizás también debamos preguntarnos cuando un asunto debe ser tomado en serio. Porque cuando banalizamos en exceso dejamos atrás la oportunidad de encontrar soluciones. Cuando convertimos tragedias en chistes nos condénanos a no aprender nada y perdemos la oportunidad de mejorar.
Lo peor que se puede hacer ahora es tomar posturas radicales. Todos temenos mucho que perder si el incidente toma tintes xenófobos o nacionalistas. Una semana después del atentado Charlie publicó una caricatura de un Mahoma lloroso que sujetaba la leyenda “Je suis Charlie” mientras sobre su cabeza aparecía la frase “Tout est pardonné”, todo está perdonado. Para los países musulmanes fue una agresión más. Por otro lado los grupos de ultraderecha en Europa, neonazis incluso, amenazan con tomar a su favor el revuelo provocado. 
 Charlie Hebdo / Karikatur
 Imagen  tomada de la página http://www.dw.de/defiant-charlie-hebdo-set-to-publish-new-muhammad-caricature/a-18186914

Ser o no ser Charlie Hebdo, he ahí el dilema.

Para saber más:


domingo, 4 de enero de 2015

Las diez plagas egipcias.



Las diez plagas egipcias. 



Hace unos días vi la película “´Éxodo, Dioses y reyes” (2014). Pensé en hacer una crítica al respecto pero la verdad es que no había mucha tela de donde cortar. El trabajo de Ridley Scott dio pena, no tiene ni el sentido épico de “Los Díez Mandamientos” (1956) ni el carisma de “El Príncipe de Egipto” (1998), trata de imitarlas pero no lo logra y los elementos que introduce – dios encarnado en un niño que solo Moisés puede ver (cualquier parecido con el extraterrestre Gazoo de los Picapiedra es mera coincidencia) por ejemplo – resultan innecesarios.
Por ello he decidido hacer una revisión de las plagas. Si, voy a meterme en camisa de once varas y examinar a más detalle este pasaje tan pintoresco que es la primera parte del Éxodo. Antes de comenzar quiero dejar bien claro algo: una cosa es la biblia y otra muy diferente es la historia, si recurro a ambas en este texto es por el hecho de que varios pasajes del antiguo testamente fueron escritos con referencias historias; los pasajes bíblicos son en su mayor parte fabulas, mitos y leyendas moralizantes, pero ello no evita que los autores hayan recurrido a datos históricos de su época para darles verosimilitud.
Aclarando lo anterior comencemos.
Ya desde el principio el Éxodo comienza con inexactitudes y supuestos. La historia de los orígenes de Moisés es harto rebuscada, y por ello mismo podría ser que hubiera algo de realidad en ella. Si bien los hebreos dan un origen judío al personaje también aceptan su pertenencia a la corte egipcia y la familia real. El texto bíblico usa un crimen como medio para que este “protomesías” salga de Egipto, al desierto, y reciba el mensaje divino. A pesar de ya haber formado una vida en el destierro Moisés decide regresar a “liberar a su pueblo”. Como se puede adivinar los egipcios no estaban dispuestos a renunciar a su mano de obra gratuita. Así las cosas, Dios indica a Moisés que arroje diez maldiciones. 
Primer plaga: Nilo lleno de sangre.
Con un toque del Bastón de Aarón las aguas del Nilo se convirtieron en sangre y los peces murieron.  Recordemos que el Nilo no solo era la principal fuente de agua de Egipto, era también la principal vía de comunicación y la agricultura dependía del cieno negro del mismo, por lo que no es de extrañar que varios dioses personificaran o estuvieran relacionados con el cauce. Por ello esta primera plaga debió significar un golpe bajo para la población egipcia. En la película de Scott el Nilo se tiñe de sangre debido a unos cocodrilos enloquecidos, pero lo cierto es que no hacía falta recurrir a tales artilugios para que la escena tuviera impacto o fuera más real. Varios investigadores se han dado a la tarea de dilucidad qué fenómenos podrían estar describiendo las plagas egipcias (y otros “milagros” bíblicos). Se ha dicho mucho de cieno, contaminación con hierro e incluso microrganismos. Yo apostaría por estos últimos, hay varias especies de algas microscópicas que provocan el fenómeno llamado “marea roja” que vuelve toxicas las aguas y los animales que viven (y mueren) en ellas. Otro caso es la Pfiesteria piscicida, un organismo conocido por matar peses en grandes cantidades en los cuerpos de agua contaminados. No hay forma de saber si en el Nilo (estos organismos son comunes en aguas saladas y salobres, no así en aguas dulces) pero bien pudieron suceder incidentes en el Delta que inspiraran el relato posterior. 
 
 Arte por Muesli-Mix (http://www.deviantart.com/art/No-Faith-In-Frogs-487245976)
 
Segunda plaga: ranas.
Una plaga que nos hace pensar que el pasaje está basado en un incidente real y no solo en leyendas y mitos, porque al fin y al cabo ¿Qué daño pueden hacer las ranas? ¿Qué tipo de castigo divino es que el lugar se llene de ranas? En cambio la “plaga” tiene sentido si pensamos que algo, o alguien, contaminó las aguas. Las ranas, en este caso, tendrían la posibilidad de escapar a la hecatombe ecológica al salir del Nilo y aventurarse a la ciudad. Sin embargo los anfibios son animales delicados y no durarían mucho alejados de su ambiente natural. 
 
 Arte por Amnilam (http://www.deviantart.com/art/Plague-of-frogs-323956270)

Tercera y cuarta plaga: piojos y moscas.
La tercera y cuarta plaga siguen la secuencia del desastre ecológico del Nilo. La contaminación de las aguas, el ambiente insalubre y la repentina muerte de las ranas de la plaga anterior trae como consecuencia un disparo en la población de moscas, mosquitos, jejenes, tábanos y toda clase de insectos. Una vez más el texto bíblico adjudica la autoría a dios, con la colaboración de Moisés y Aarón, pero como vemos la realidad debió ser mucho más simple.
Quinta y sexta plagas: muerte del ganado y salpullido incurable.
Con la abundancia de insectos era cuestión de tiempo para que las enfermedades hicieran acto de aparición. Hasta aquí las plagas siguen una secuencia lógica. Probablemente las urbes egipcias habían alcanzado un tamaño que les impedía deshacerse de los desechos con eficiencia, contaminando las aguas del río y causando focos infecciosos. Sin embargo en el texto bíblico encontramos una exageración de un fenómeno que, probablemente, era recurrente. Lo cierto es que, de haber sucedido, esta secuencia de plagas probablemente habría tardado meses o años.
Séptima plaga: granizo y fuego.
El texto habla de granizo mezclado con fuego, pero debemos ser cuidadosos de entender qué se quiere decir con esta expresión. Así por ejemplo la versión “sagrada familia latinoamericana” dicta: <<Así lo hizo Moisés, extendió su bastón hacia el cielo, y Yavé mandó truenos y granizos, e hizo caer fuego sobre la tierra”. Esto nos da una pista pues sin duda no habla simplemente de una granizada sino de una verdadera tormenta eléctrica. Debemos a “Los Diez Mandamientos” la idea de que  se habla de un raro granizo inflamable (cosa que han repetido las películas sobre el éxodo desde entonces), pero lo cierto es que se habla de un fenómeno natural.  De hecho no se dice que Egipto se incendiara, se dice que murió el ganado (y las personas) que no estaba a resguardo y se perdieron las cosechas, lo que ciertamente sucede en granizadas fuertes.
Octava plaga: Langostas.
Nuevamente una plaga que no debió ser extraña para los egipcios. Una nube de langostas llegó del este a consumir todo lo que había quedado después de la granizada. Sobra decir que estamos ante algo ciertamente natural, pero que combinado con la plaga anterior nos hace pensar en otro tipo de desastre, esta vez uno de carácter climático que no solo provocó una potente tormenta eléctrica con granizo en tierras egipcias sino que alteró el ciclo de vida de las langostas.
Novena plaga. Tinieblas.
El desastre ambiental continúa y esta vez el cielo se oscurece por tres días. Solo podemos especular que cosa se quiere decir con esto de la oscuridad. Evidentemente es imposible que la tierra se detuviera y alterara el patrón día/noche, pues entonces estaríamos hablando de algo desastroso en todo el mundo (la mitad del cual hablaría de tres días de luz); en cambio el texto recalca que donde se asentaban los hebreos había luz. Entonces podemos suponer una de dos cosas: el autor bíblico se refiere a un cielo completamente nublado o a una oscuridad literal. En el segundo caso solo podemos asumir algo como una nube de cenizas o una tormenta de arena tan densa que oscureciera el aire. Acerca de la nube de ceniza no son pocos los investigadores que han querido relacionar esta plaga con a la erupción del volcán Santorini, en Grecia, pero esto no es más que una especulación. Sim embargo la hipótesis de Santorini gana peso al combinar las tres últimas plagas. La columna de cenizas en el mediterráneo pudo hacer descender las temperaturas muy rápidamente, causando la rápida condensación y formación de granizo sobre el delta del Nilo. Esto mismo causaría la alteración en las langostas. Posteriormente la ceniza caería sobre Egipto provocando la oscuridad. Pero existe el problema de que no se habla de los días de oscuridad en los textos egipcios, así que debió tratarse de algo más mundano que una lluvia de ceniza. Personalmente me inclino por una tormenta de arena, fenómeno que debió der conocido, y recurrente, en Egipto. Tanto la granizada, como las langostas y la tormenta de arena indican un cambio brusco en el clima, provocado tal vez por la erupción del Santorini u algún otro volcán, cerca o lejos de Egipto.
Decima plaga: la muerte de los primogénitos.
La décima plaga tiene todos los elementos para creer que se trata de una leyenda. Las plagas anteriores hablan de fenómenos naturales más o menos recurrentes, aunque el texto habla de la selectividad (afecta a los egipcios pero no a los hebreos). En este caso en cambio se trata de un fenómeno con selectividad doble: no solo no afecta a los judíos sino que solo afecta a los primogénitos. Los estudiosos del éxodo se quiebran la cabeza con hipótesis descabelladas sobre monóxido de carbono y primogénitos dormidos en el suelo, pero en mi opinión la solución es más simple: eso nunca ocurrió. El hecho de que los hebreos evitaran la masacre con el artilugio de marcar con sangre sus puertas (y cabe preguntarnos por qué esta plaga en particular necesitó tal indicación si las anteriores parecían saber bien la diferencia entre hebreos y egipcios) recalca el carácter fantástico del pasaje. Es, pues, una fábula o pasaje con relación a las creencias hebreas y no con algo real.
Así las cosas. De diez plagas seis describen un secuencia de fenómenos relacionados con las malas condiciones higiénicas, tres describen fenómenos de carácter climático y uno es, casi con seguridad, una fábula.
Pero no podía terminar este Post sin la escena que hizo grande a las películas sobre el éxodo: el paso por el Mar Rojo.
Durante todo el pasaje el faraón destaca por ser un mentiroso y un voluble, cada plaga culmina con su arrepentimiento y su promesa de liberar al pueblo, cosa que solo cumple después de la muerte de los primogénitos (dios tampoco queda bien parado, por un lado quiere que su pueblo sea libre pero por el otro “endurece” al faraón para que no lo haga… “para hacerse grande” a costa de los egipcios). Aun así el faraón decide recuperar la nada despreciable mano de obra de  seiscientos mil esclavos, sin contar mujeres ni niños. Los hebreos se encuentran un pequeño obstáculo en su camino: el mar. Entonces Moisés (con la ayuda divina) parte el mar en dos. Nuevamente los estudiosos se han quebrado la cabeza tratando de dilucidad qué pudo haber provocado un fenómeno semejante. Para algunos se trataría de un extraño fenómeno, que sí ocurre en algunas regiones, en que el juego de mareas puede dejar al descubierto pasajes de tierra donde es posible cruzar por un tiempo limitado de algunas horas. Para otros el Mar Rojo es en realidad, debido a una mala traducción, el “mar de juncos”, una laguna con conexión al Mediterráneo que sería afectada por un tsunami por la erupción del Santorini. Sin embargo no hay que olvidar que el pasaje del éxodo, como casi toda la biblia, carece de fuentes históricas.
Si nos atenemos a los hallazgos arqueológicos la historia del éxodo resulta ser muy diferente. Los hebreos, al parecer, no salieron por su propia voluntad sino que fueron expulsados de Egipto. Los egipcios hablan de la expulsión de los Hicsos, que habrían llegado no como refugiados (como se asume por la historia de José) sino como conquistadores desde las tierras de Canaán.  Otras teorías apuntan a posibles seguidores de Akenatón, el Faraón monoteísta.  De las plagas hay poca información, aunque algunas estelas hablan de una “tormenta majestuosa” o “una gran tormenta” que para algunos podría ser una referencia a la granizada bíblica o los tres días de oscuridad.
Sea como fuera a los egipcios no pareció importarles demasiado que los judíos se fueran. No hay registros de las plagas, o de la perdida de tan abundante mano de obra, lo que si hay son guerras contra potencias y constantes migraciones de extranjeros a las tierras del Nilo, cosa que los faraones se dieron la tarea de combatir a mano armada. Quizás lo que para los judíos de hoy fue una gloriosa liberación para sus ancestros fue una derrota tan humillante que decidieron enterrarla bajo la leyenda.
Para saber más: